El rímel tiñe mis lágrimas de Negro.

Lágrimas recorriendo mis mejillas ya empapadas, lágrimas que retienen mil sentimientos con forma de espinas que van rasgando todo a su paso y abriendo heridas que derraman mis ilusiones dejándolas ir en suspiros, sentimiento de culpa, de melancolía, de soledad, de amargura, de tristeza, de histeria, de enfado, de debilidad... también son fuego que quema todo lo que encuentra reduciéndolo a cenizas, quemando  todo lo bueno que pueda haber en mi, "mis sentimientos bonitos", solía decirles cuando todo era color rosa y no había ni una pizca de negro en mi vida, cuando el arco iris brillaba en mi cielo todos los días, y los nubarrones grises se mantenían a  kilómetros de mi.
Ahora mi rímel no hace que mis pestañas lleguen a ese cielo azul y tampoco deslumbra mis ojos, ahora cubre mi cara de lágrimas teñidas de negro que dejan a su paso un camino lleno de piedras en mi cara, ahora mi pintalabios rojo se mantiene intacto sin tus besos, no se desgasta ni se le va el color, soy una princesa sin lo más importante y no me refiero a la corona, eso es lo de menos, me refiero a la sonrisa, te olvidaste dejarla con tu despedida o te la llevaste adrede, el caso es que ando buscándola y hasta en los confines del mundo he mirado, pero la llevas tú en tu frío corazón, donde no conseguí colarme del todo, lugar cerrado con llave y soldado con acero fundido, donde solo puedo entrar si tú me dejas, cosa que no es difícil; es uno de los imposibles más imposible de mi vida, devuelvemela, me lo merezco, por todas las veces que te hice reír a carcajada plena y limpia, por las miles de sonrisas que te saqué con mis caricias y mis besos, por la felicidad que te brinde aquellos días repletos de amor infinito y dulce cariño.
Pensé que si te ibas te echaría de menos, pero no, lo que echo más en falta no es a ti, es a tu ausencia, a tus pequeños detalles, los que llenaban mis días de sentido y de ganas de comerme el mundo con una sonrisa bien grande en la cara, echo en falta tus besos en el cuello, sentir tu mano acariciando mi espalada, que hagas el tonto cuando me faltan ganas de sonreír para verme reír, extraño tus "buenos días pequeña" y también salir a la calle y encontrate con una flor y la sonrisa más bonita del mundo esperándome, y anhelo profundamente las tardes de invierno en las que me arropabas con tu calor y los días de verano bajo el sol, corriendo en dirección al mar entre tus brazos, pero no te equivoques, te recuerdo que no te echo de menos a ti sino a lo que traías a mi vida, aunque en cierto modo eso conlleva el extrañarte a ti, pero duele reconocerlo y me repatea esa estúpida idea que es tan cierta. Por favor, solo devuelveme mi sonrisa y mi felicidad, las necesito, si te ibas a marchar  no haber llegado para robarmelas, son demasiado importantes.