Entra en un mundo donde las imperfecciones no existen, donde para mi todo tiene un sentido especial, donde el amor con su sabor dulce y el desamor con su sabor amargo son los protagonistas, si entras en mi mundo... déjate llevar, desconecta del exterior y empieza a soñar.
Love music.
lunes, 17 de diciembre de 2012
Ella...
Un mismo suspiro de desesperación que se repite indeterminadas veces a lo largo de un día, unas cuantas lágrimas que caen desconsoladas y débiles rompiéndose cuando chocan contra algo en su caída, lágrimas que guardan meses de dolor, llanto que a la luz del día y a la vista de la gente se visten de sonrisas casi perfectas, solo les falta el pequeño gran detalle de que son de mentira, que debajo se esconde toda la desesperación que su rostro tapa con luminosidad, es un llanto que desgarra todo a su paso y la mata poco a poco, un sentimiento de "falta algo en mi", sentimiento destructivo contra el cual si se enfrenta saldrá muy mal parada, no sabe que hacer, está cansada de fingir delante de todos que está bien que le va genial, y de que los que se supone que la conocen no se den cuenta de que se está consumiendo ella sola y de que necesita ayuda y compañía para seguir adelante, ellos no saben que la vida ya no tiene ningún color a sus ojos y de que y no tiene objetivos ni metas por las que seguir luchando, no ven que el mundo se le ha caído encima y está enterrada debajo de todas esas toneladas de escombros, esos escombros son las mentiras, las desilusiones, los desamores, los enemigos, su vida sin sentido, todo, todo lo ve mal, no encuentra la salida ni tampoco una mano que sobresalga de entre tanta ceniza para sacarla de ahí, siente que se ahoga, que no le queda apenas oxígeno, que cada día es más difícil aparentar lo que no siente, que cada minuto se hace más pequeña, que cada segundo se debilita perdiendo las pocas fuerzas que le quedan, los necesita, necesita a sus amigos para seguir en pie y empezar a mirar las cosas con otros ojos y para darle un poco bastante más sentido a su "inútil vida", es una víctima más de este cruel mundo, pero ella a diferencia de muchos otros cuando comenzó aquello en vez de enfrentarse se acurrucó en un rincón y empezó a observar como todo estaba contra ella y cuando quiso salir y echar andar hacia la puerta con un letrero en el ponía: ¡LIBERTAD!, era demasiado tarde, no se podía poner de pie, y la puerta cada vez estaba más lejos, así ella acabó por darse por vencida y rompió a llorar delante de todos cuando ya no podía más, entonces empezó a divisar dos o tres manos que parecían doscientas o trescientas, de entre tanta basura, ella empezó a crecer de nuevo, empezó a sentirse una más de este mundo, de esta asquerosa sociedad, y se prometió cuando por fin sus heridas estaban cicatrizadas que jamás iba a volver a rendirse, que iba a luchar siempre y que iba a participar en las batallas de la vida con el único fin de salir victoriosa de ellas, ella resurgió, ella volvía a ser ella, volvía a ser esa dulce chica con una sonrisa de verdad en la cara con los ojos vidriosos, ya no por el llanto sino por la pura felicidad que sentía, porque sabía que lo que ella había logrado casi nadie lo había hecho, eso si, da las gracias a esas manos que la salvaron, da gracias a esos amigos a los que ahora practicamente les debe la vida. Y de esa situación de ahogo sacó un lema y un modo de vida; Nunca te hundas, no dejes que el mundo te coma, no te hagas pequeña tú sola, lucha, pelea y le ganarás el pulso a la vida.
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