Love music.

jueves, 5 de marzo de 2015

Frenesí.

Musas pasajeras y caras  que marcan con alfileres y arañazos y después no curan. Musas a cambio de las cuales hay que pagar un precio alto por recitarles poesías sin rima.
Amaneceres que cicatrizan en un  esternón acribillado siempre en el mismo lugar que ya tiene su nombre y una cama por si decide volver.
Atardeceres que quitan el aliento y hacen mella en la mucha o poca cordura que se pueda tener.
Anocheceres que se ríen de ti y juegan a llamarse Agonía y Recuerdo mientras tú te retuerces entre cuatro paredes testigos de lo que fue y de lo que pudo ser.

Noches que sangran y en las que tu misma te desangras al compás de la melodía de tus latidos hirientes y erráticos. Y te rompes y no tienes intención de hacer nada por evitarlo.
Te buscas, no te encuentras en ningún recoveco, ni olvidado ni si quiera intentado.

Cada vez más fría que el invierno polar.
Menos emociones, más desilusiones con las que cargar en la sexta costilla.
La séptima vértebra no soporta ya el peso de la monotonía haciendo presencia.

Camas y sábanas capaces de testificar sobre movimientos desenfrenados y sin tabúes, que hay demasiados.
Prejuicios que sólo perjudican.
Suspiros y exhalaciones que dicen más que cien mil palabras ordenadas.
Gritos envasados al vacío que concuerdan con los versos rotos de algún poeta que siempre escribió a su musa y que no se decidió a tiempo a salir a la luz por miedo a no saber qué cara dar por exceso de unas cuantas y por temor a la desesperación.

Todas esas prosas recitadas en madrugadas  anti rutinarias en algún precipicio al que llaman espalda y columna sentimental sobre la que hacer una antología de cada hueco puesto adrede.

Copas medio llenas de no se sabe muy bien qué.
Extremidades que no callan ni ahogándose con su propia soga.

Manos de las que emanan ganas insaciables, sedientas de más pieles que activar de cuerpos por explorar.

Gemidos y susurros a la cara, fuertes y valientes, mezclados y revueltos. Expresionistas hasta la médula.

Los gestos hablan por sí solos más que una lengua en dos vidas y media.
Consumición descontrolada de lo que confunden con el amor.
Auto destrucción masiva incontrolada

Medias a medio rasgar.
Carreras que desembocan en el mismo abismo sempiterno como la boca del lobo que acecha y alienta al cobarde.
Labios mordidos por los miedos ajenos.

Vidas con amor y muerte. En definitiva.

miércoles, 11 de junio de 2014

Llanto silencioso.

Perderme en tu cuerpo cada noche y encontrarme cada mañana en tus labios, mirarme en el espejo de tus ojos al despertar y sentir que me desvanecía en milésimas de segundo. El miedo más grande me aterraba cuando veía la ocasión perfecta. Me solía aferrar ingenuamente a la idea de que las despedidas para siempre no existían, solía auntoconvencerme de que el amor eterno era posible y real, pero el dolor me sorprendió cuando vio la oportunidad y allí me hallaba yo, en un llanto que no cesaba, un llanto silencioso que no llamaba la atención de nadie a pesar de que mis ojos gritaran lo que mi garganta y mis cuerdas vocales no eran capaz de decir, allí estaba, conectada a una máquina llamada corazón que latía sin casi sentido alguno muy a mi pesar, que me mantenía viva cuando lo único que quería era desaparecer. Lo que realmente me daba la vida era el sonido de tu respiración, el de tus latidos, el hecho de saber que estabas vivo y que permanecías a mi lado. Tu forma de vivir la vida, digamos, que era contagiosa y ahora el tratamiento del doctor dolor la ha hecho desaparecer.

Tan fuerte tan débil.

Que abrumadoras aquellas tardes de verano, que alentadoras todas aquellas risas, que elegantes las sonrisas, que vértigo sentía al mirar el fondo de tus ojos, parecían no tener fin, el verde y el negro se fundían en un punto infinito donde me gustaba quedarme a solas cuando el tiempo no andaba a mi paso o yo no era capaz de cogerle el ritmo, que miedo me causaban tus labios, parecían esconder una oscuridad inmensa en la que me perdía durante horas, minutos, segundo o quizás semanas, meses, años. Que tentadora la ocasión que apremiaba mi valentía, tan fuerte tan débil en el mismo instante, que cúmulo de sentimientos entremezclados. No quería dejarte ir. Ni a ti, ni a tu misterio asombroso ni a tu manera de ver las cosas tan contagiosa.

sábado, 7 de junio de 2014

No eres quien quieres ser.

Entonces llega el momento en el que te das cuenta de que estas creciendo demasiado rápido, de que el tiempo no hace amigos y  tampoco perdona, de que cada vez hay menos gente en tu vida . Te preguntas en qué momento exacto decidiste escoger ese camino, el más duro quizás, en que instante optaste por ser un poco más serio, por el sufrimiento y no por la felicidad. La realidad te da una sacudida extremadamente fuerte y desagradable y te ves cara a cara con eso que llevas evitando hace ya tiempo. Entoces te planteas todo de nuevo, te miras al espejo y te ves por dentro y sólo divisas un caos infinito, mucho dolor y alguna que otra alegría, pero la balanza esta demasiado desequilibrada. Quizás no te sientas recompensada aún y la recompensa está tardando demasiado y el ser humano es paciente, pero tiene límites. Ves que tus sonrisas ahora son preocupación por cosas que realmente no tienen importancia ¿o si la tienen? ves que no estás haciendo lo que realmente quieres, que has dejado tus sueños a un lado para escoger una sola opción que te está consumiendo día a día, te haces débil poco a poco, te das cuenta de cómo la gente es cada vez más cruel y de que tú misma también llo estás siendo a veces, no quieres ser lo que eres hoy. Y entonces tu mundo se desmorona tras ese enfrentamiento, tras es cara a cara tan temido al que algunas personas deciden hacer caso y otras deciden esquivarlo hasta que no les queda otra. Es duro, pero necesario.

viernes, 23 de mayo de 2014

Recuerdo.

Pero por mucho tiempo que pase el recuerdo siempre quema, al recordarlo una pequeña punzada en el corazón nos recuerda que siempre dolerá aunque pasen mil años, porque el tiempo cura las heridas, pero no borra cicatrices.

Libertad

La brisa acaricia su tez pálida, los pelos se le erizan al contacto con el aire frío, la ráfaga de viento que mueve sus cabellos y los despeina la traen a la realidad de golpe y la caída es dura, se hace trizas, estalla en mil pedazos, no ha soportado el hecho de volver al mundo, la imaginación la había transportado a otro lugar, al de sus sueños y ahora de nuevo se encuentra frente de la pura realidad que la envuelve en un plástico que la asfixia, no puede más, se desvanece, se convierte en polvo, se la lleva el viento con poco esfuerzo y es entonces cuando empieza a ser libre de verdad, ve pasar a la gente bajo ella, pelean, se gritan, sonríen, se besan y piensa "qué absurdos son" y se ríe a carcajadas, pasando desapercibida, al fin tiene lo que quiere, al fin toca la libertad con la palma de sus manos, llevaba mucho tiempo pudiendo tan sólo rozarla con su dedo corazón, era un sueño inalcanzable, pero ya no lo es. Y grita, grita su palabra preferida, libertad.

miércoles, 21 de mayo de 2014

Mañanas de café

Entre mañanas de café, entre besos con sonrisas y medias sonrisas con besos enteros, entre caricias amargas y dulces, entre sonoras carcajadas, la vida iba perdiendo todo su sentido, vivía por y para amar, para amarle a él, no se daba cuenta de la grave falta que estaba cometiendo, se había olvidado de sí misma, estaba tan atrapada en su burbuja de amor que el día que el decidió coger una aguja y explotarla, ella no supo que hacer, y los cafés de por las mañanas se quedaban fríos etre sus manos esperando que el bajara la escalera como cada mañana a tomárselo y los besos con medias sonrisas ya no llegaban, sólo iba a visitarla un silencio estremecedor que decidía acompañarla durante horas, quizás días, quizás meses, quien sabe, estaba tan absorta en él que se había olvidado de vivír tan sólo un poco para ella misma.