Entonces llega el momento en el que te das cuenta de que estas creciendo demasiado rápido, de que el tiempo no hace amigos y tampoco perdona, de que cada vez hay menos gente en tu vida . Te preguntas en qué momento exacto decidiste escoger ese camino, el más duro quizás, en que instante optaste por ser un poco más serio, por el sufrimiento y no por la felicidad. La realidad te da una sacudida extremadamente fuerte y desagradable y te ves cara a cara con eso que llevas evitando hace ya tiempo. Entoces te planteas todo de nuevo, te miras al espejo y te ves por dentro y sólo divisas un caos infinito, mucho dolor y alguna que otra alegría, pero la balanza esta demasiado desequilibrada. Quizás no te sientas recompensada aún y la recompensa está tardando demasiado y el ser humano es paciente, pero tiene límites. Ves que tus sonrisas ahora son preocupación por cosas que realmente no tienen importancia ¿o si la tienen? ves que no estás haciendo lo que realmente quieres, que has dejado tus sueños a un lado para escoger una sola opción que te está consumiendo día a día, te haces débil poco a poco, te das cuenta de cómo la gente es cada vez más cruel y de que tú misma también llo estás siendo a veces, no quieres ser lo que eres hoy. Y entonces tu mundo se desmorona tras ese enfrentamiento, tras es cara a cara tan temido al que algunas personas deciden hacer caso y otras deciden esquivarlo hasta que no les queda otra. Es duro, pero necesario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario