Perderme en tu cuerpo cada noche y encontrarme cada mañana en tus labios, mirarme en el espejo de tus ojos al despertar y sentir que me desvanecía en milésimas de segundo. El miedo más grande me aterraba cuando veía la ocasión perfecta. Me solía aferrar ingenuamente a la idea de que las despedidas para siempre no existían, solía auntoconvencerme de que el amor eterno era posible y real, pero el dolor me sorprendió cuando vio la oportunidad y allí me hallaba yo, en un llanto que no cesaba, un llanto silencioso que no llamaba la atención de nadie a pesar de que mis ojos gritaran lo que mi garganta y mis cuerdas vocales no eran capaz de decir, allí estaba, conectada a una máquina llamada corazón que latía sin casi sentido alguno muy a mi pesar, que me mantenía viva cuando lo único que quería era desaparecer. Lo que realmente me daba la vida era el sonido de tu respiración, el de tus latidos, el hecho de saber que estabas vivo y que permanecías a mi lado. Tu forma de vivir la vida, digamos, que era contagiosa y ahora el tratamiento del doctor dolor la ha hecho desaparecer.
Entra en un mundo donde las imperfecciones no existen, donde para mi todo tiene un sentido especial, donde el amor con su sabor dulce y el desamor con su sabor amargo son los protagonistas, si entras en mi mundo... déjate llevar, desconecta del exterior y empieza a soñar.
Love music.
miércoles, 11 de junio de 2014
Tan fuerte tan débil.
Que abrumadoras aquellas tardes de verano, que alentadoras todas aquellas risas, que elegantes las sonrisas, que vértigo sentía al mirar el fondo de tus ojos, parecían no tener fin, el verde y el negro se fundían en un punto infinito donde me gustaba quedarme a solas cuando el tiempo no andaba a mi paso o yo no era capaz de cogerle el ritmo, que miedo me causaban tus labios, parecían esconder una oscuridad inmensa en la que me perdía durante horas, minutos, segundo o quizás semanas, meses, años. Que tentadora la ocasión que apremiaba mi valentía, tan fuerte tan débil en el mismo instante, que cúmulo de sentimientos entremezclados. No quería dejarte ir. Ni a ti, ni a tu misterio asombroso ni a tu manera de ver las cosas tan contagiosa.
sábado, 7 de junio de 2014
No eres quien quieres ser.
Entonces llega el momento en el que te das cuenta de que estas creciendo demasiado rápido, de que el tiempo no hace amigos y tampoco perdona, de que cada vez hay menos gente en tu vida . Te preguntas en qué momento exacto decidiste escoger ese camino, el más duro quizás, en que instante optaste por ser un poco más serio, por el sufrimiento y no por la felicidad. La realidad te da una sacudida extremadamente fuerte y desagradable y te ves cara a cara con eso que llevas evitando hace ya tiempo. Entoces te planteas todo de nuevo, te miras al espejo y te ves por dentro y sólo divisas un caos infinito, mucho dolor y alguna que otra alegría, pero la balanza esta demasiado desequilibrada. Quizás no te sientas recompensada aún y la recompensa está tardando demasiado y el ser humano es paciente, pero tiene límites. Ves que tus sonrisas ahora son preocupación por cosas que realmente no tienen importancia ¿o si la tienen? ves que no estás haciendo lo que realmente quieres, que has dejado tus sueños a un lado para escoger una sola opción que te está consumiendo día a día, te haces débil poco a poco, te das cuenta de cómo la gente es cada vez más cruel y de que tú misma también llo estás siendo a veces, no quieres ser lo que eres hoy. Y entonces tu mundo se desmorona tras ese enfrentamiento, tras es cara a cara tan temido al que algunas personas deciden hacer caso y otras deciden esquivarlo hasta que no les queda otra. Es duro, pero necesario.